Wednesday, April 27, 2005

Disculpe... ¿Tiene leche de lata?

Así cuenta mi mamá un chiste que la dobla de risa: un señor llega a una tienda propiedad de un chino y pide leche de lata, a lo que el chino contesta “no, no tenel leche de lata: lata animal chiquito, esculilizo: muy difícil de oldeñal”.

Tuve oportunidad de trabajar el año pasado en una compañía dedicada a la industria automotriz originaria de Singapur y controlada en una buena parte por mis queridos amigos, los chinos. Todos hemos escuchado cómo China es ahora una gran potencia económica y más de algún conocido nuestro habrá perdido su trabajo gracias a que Chang-Tse-Chong en China trabaja 18 horas al día y cobra al año lo que nuestro compatriota obtiene en un mes de trabajo.

Antes de formar parte del equipo de esta compañía –que de ahora en adelante llamaré “El Changarro del tío Chong”-mis experiencias previas con chinos se limitaban a lo que viví en L.A. en restaurantes de comida rápida o atendiendo problemas de equipo médico en clínicas operadas por ellos . Si no eran médicos charlatanes entonces eran empleados intransigentes de los dinners. Aprendí de la manera difícil que hay que aprenderse los números de los platillos que sirven, pues de otra forma es prácticamente imposible hacerse entender y viceversa. Mi tío Richard dice imitando el acento que tienen los chinos “You like flied fish and lice, you come back flyday, ok?”

Admiro la capacidad de supervivencia que tienen estas gentes: llegan a un lugar sin nada y a base de trabajo y esfuerzo logran tener patrimonio y establecerse mejor que muchas familias del país al que llegan. Admiro su capacidad emprendedora, pero todo tiene su límite...

En El Changarro del tío Chong, la filosofía de trabajo, made in china, era una cosa muy sencilla: producir lo más posible con la mínima cantidad de inversión y recursos posibles. Esto implica sacrificar calidad por cantidad. Si la orden de producción es por 1000 piezas, haz 1500 para echar a perder 500 y cumplir el requisito. Esto era diario, además de la explotación irracional del recurso más valioso de cualquier organización; el humano.

A las obreras se les hacía trabajar por el sueldo mínimo y sin ningún tipo de incentivo, como aumentos de sueldo por certificaciones, comunes en la industria de la manufactura. La posada de la compañía no fue la excepción: a las trabajadoras de las líneas de producción se les invitó a una “taquiza” que tuvo lugar dentro de la planta, junto a las máquinas de moldeo (¿Seguridad e Higiene industrial, anyone?). Digo “taquiza” por que a las pobres muchachas se les dio un boleto válido por 4 tacos y una cerveza.

Lo que me sorprende es que aunque los directivos de la empresa son chinos y singapurenses, las personas directamente a cargo del personal son mexicanos. ¿Cómo es posible que se presten para fregarse a sus compatriotas? Lástima que el congreso derogó la pena de muerte, pues eso me huele a traición a la patria y grueso…

2 Comments:

Blogger Unknown said...

En mi chamba luchamos por eso, si no le damos la vuelta al nivel de desarrollo en México y nos establecemos como verdaderas casas de diseño avanzado los chinos, indús y otros nos van a comer el mandado...curiosamente hemos tenido que empezar a usar algunos otros productos chinos en nuestros productos por su precio!!! Malditos chinos, jejeje :P

Tuesday, April 26, 2005 10:07:00 PM  
Blogger Antonio Bricio-Hernández said...

My friend Patoid...

Así es: tenemos que ponernos la pilas y pronto. La cosa no solo está en producir nuestros propios diseños, sino en crearnos una identidad nacional fuerte.

Gracias por leer!

Tuesday, April 26, 2005 11:30:00 PM  

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