Arcilla
Alguna vez Emejota ha dicho -refiriéndose a las interpretaciones de Glenn Gould - que la música de Bach es arcilla para que el artesano haga cosas maravillosas. Que la música de Bach es el medio de expresión del intérprete. Quien haya escuchado y comparado las interpretaciones de Gould con las de otros artistas entiende bien de lo que se habla. Esta explicación de Emejota me ha gustado mucho.
La música de Bach es un conjunto de expresiones que buscan constantemente una voz para expresarse, y digo voz casi literalmente. Los pianistas tenemos la felicidad de encontrarnos constantemente en una disyuntiva muy peculiar cada que tomamos una partitura de Bach: ¿Piano o Clavicordio? Esta situación se presenta con todos los autores del barroco, como Händel, Scarlatti, Soler, Couperin... pero es en el caso de Bach que tenemos que la elección del instrumento es un suave tormento que se disfruta, y mucho.
En los compositores antes mencionados se presentan situaciones que delatan la intención original del autor cuando escribió tal o cual obra. En Scarlatti, por ejemplo, tenemos que la escritura pone en evidencia que el instrumento en el que la obra debe ejecutarse tiene teclas pequeñas y suaves, características del clavicordio. Couperin tiene un libro titulado l'Art de toucher le clavecin (El arte de tocar el clavecín) y dicho título no es un desperdicio: es un extenso tratado sobre la técnica clavecinística francesa.
En la música de Bach el lacónico y fuerte idioma alemán se convierte en vago y difuso. Das Wohltemperiete Klavier, malamente traducido como "El clave bien temperado" no se refiere al clavicordio en su título, sino a todos los instrumentos de teclado pues en alemán la palabra Klavier quiere decir "Teclado". ¿Pero cuál teclado? En época de Bach existían órganos, clavicordios, virginales, espinetas, clavecines (no es lo mismo clavecín que clavicordio). Otro ejemplo de esto es el título de la última gran obra de Bach, El Arte de la Fuga (Die Kunst der Fuge). En ella encontramos que las piezas están escritas con cada voz por separado y en claves de soprano, alto, tenor y bajo. No hay ninguna indicación de instrumentación en la partitura cosa que se aprovecha para tocarla en cualquier combinación posible de instrumentos o con un solista en un instrumento de teclado.
BWV913
Según la humilde opinión de su servidor, la obra de J.S. Bach está escrita de tal forma que trasciende al instrumento. Es música tan poderosa que no importa cómo se escuche; siempre encontrará nuevas formas de expresión independientemente del instrumento en el que se toque, y que conste que no se está sugiriendo una barbaridad pues está el claro ejemplo de la Chaconne en Re menor de la segunda partita para violín solo, que múltiples y maravillosas transcripciones ha experimentado.
BWV913 es el número de catálogo de la Toccata en Re menor de la serie de siete Toccatas para teclado que van desde el BWV910 hasta el BWV916. En esta obra me he encontrado muchas veces en la disyuntiva que antes describí. La toccata en Re menor, BWV 913 a pesar de su número de catálogo es probablemente la más antigua de todas. Tiene un desarrollo más familiar cuando se le compara a las otras Toccatas y por ello nos parece más sencilla en su construcción, pero esto es solo en apariencia. Se forma de 4 secciones bien separadas entre sí iniciando enérgicamente con un movimiento introductorio de carácter fantasioso que se desenvuelve hasta llevar a una serie de pasajes descendentes con una ornamentación bellísima y un regreso al vigor de la figura fantasiosa inicial . Hasta aquí podríamos llamar a esta primera sección el "Preludio" de la obra. Le siguen tres movimientos con indicaciones Presto, Adagio-Presto y Allegro, dando la idea de una sonata. Los movimientos rápidos constituyen fugas muy libres que se aproximan más a la invención y al preludio. El movimiento lento es un descanso caracterizado por un ostinato que hace su primera aparición en la voz soprano en el cuarto compás del movimiento. Glenn Gould hace magia con este pasaje.
Aquí tienen una grabación de la citada obra:
En ella se escucha el vigor y la elegancia del barroco. Elegancia. Me he detenido un poco a pensar en esa palabra pues me ha impresionado un poco y creo que es un buen calificativo para describir el espíritu barroco. Hay una elegante sobriedad a lo largo de la obra que sencillamente me pone la carne de gallina.
Los invito a escuchar la pieza y que me digan lo que opinan. Más adelante haremos la dolorosa, pero deliciosa, elección del Piano.