Estoy triste.
El Sábado pasado se me murió Vito, mi periquito.
El Viernes amaneció, triste y esponjado. Confirmé que se enfermó así es que me apresuré a prepararle medicina y comprar un anti-diarréico. No entiendo qué le habrá pasado pues el Jueves estuvimos él y yo jugando como es de costumbre. Estuvo en mi hombro mientras atendía nis asuntos y de vez en cuando se ponía a jugar con un lápiz, como tánto le gustaba. Al día siguiente amaneció enfermito y pasé toda la noche del Viernes en vela cuidando de él, dándole su medicina y asegurándome de que comiera, aunque fuera solo un poco.
El Sábado salí a atender mis asuntos por la mañana y me reporté a la casa varias veces para saber cómo estaba Vito y en una de esas mi mamá me dijo que se había ido.
A Vito lo salvé de las garras de uno de esos pajareros ambulantes. No se lo compré, más bien se lo decomisé. Era un periquito asustadizo y nervioso hasta que poco a poco se fue habituando a nosotros. Estaba flaquito y sucio cuando llegó pero no tardó en ponerse bonito de nuevo. Comenzó a cantar y a reconocerme. Era inútil tratar de dejarlo en libertad pues los maltratos que sufrió cuando estaba en posesión de los pajareros idiotas lo volvieron demasiado débil. Al cuidarlo lo acostumbré a mi presencia y a mis mimos por lo que no era posible dejarlo ir.
El Viernes amaneció, triste y esponjado. Confirmé que se enfermó así es que me apresuré a prepararle medicina y comprar un anti-diarréico. No entiendo qué le habrá pasado pues el Jueves estuvimos él y yo jugando como es de costumbre. Estuvo en mi hombro mientras atendía nis asuntos y de vez en cuando se ponía a jugar con un lápiz, como tánto le gustaba. Al día siguiente amaneció enfermito y pasé toda la noche del Viernes en vela cuidando de él, dándole su medicina y asegurándome de que comiera, aunque fuera solo un poco.
El Sábado salí a atender mis asuntos por la mañana y me reporté a la casa varias veces para saber cómo estaba Vito y en una de esas mi mamá me dijo que se había ido.
A Vito lo salvé de las garras de uno de esos pajareros ambulantes. No se lo compré, más bien se lo decomisé. Era un periquito asustadizo y nervioso hasta que poco a poco se fue habituando a nosotros. Estaba flaquito y sucio cuando llegó pero no tardó en ponerse bonito de nuevo. Comenzó a cantar y a reconocerme. Era inútil tratar de dejarlo en libertad pues los maltratos que sufrió cuando estaba en posesión de los pajareros idiotas lo volvieron demasiado débil. Al cuidarlo lo acostumbré a mi presencia y a mis mimos por lo que no era posible dejarlo ir.
Por la mañana quiero escucharlo canturrear como siempre lo hacía y me asomo a su percha y no está. Su jaula está en el piso -vacía- y la cuerda con la se subía y bajaba de la percha a la jaula ya ha sido cortada y guardada. Ya no lo veré corretear a los gorriones que se llevaban sus semillas ni le escucharé imitar los ruidos que le hacía cuando lo tenía cerca... extraño a mi periquito.
5 Comments:
Cuánto se puede llegar a querer a estos animalitos, verdad? Luego su ausencia se siente muy profunda, ciertamente...
Animo y un saludo cordial
Yo tenia un perico australiano, de esos azules con blanco y lo queria un buen, sobertodo por su tamaño pequeño, su belleza y lo tierno q se veia, una mañana mi mama abrio la jaula y se le olvido cerrarla,se salio... si me acuerdo de eso pues como q no veo mi bien a mi jefa por eso, me caia muy bien, se llamaba bola de nieve... en fin.
Ay, pobrecito de Vito...que lastima que se murio. Pero que padre lo que hiciste con el de cuidarlo y salvarlo.
Un abrazo de pesame :(
Sí, meine Liebschein ha estado muy triste. En verdad que quería mucho a su 'piiquito' Vito y era muy tierno ver cómo se dejaba chiquear por Antonio.
Las mascotas ocupan un lugar muy significativo en el corazón de una familia, son criaturas nobles que nos dan atención y cariño.
Y como dice Emejota, su ausencia pesa y dura por mucho, es como perder un pequeño gran amigo.
Saludos.
Antonio, un animal tan pequeño provoca un cariño enorme.
Pasa tu duelo como es debido, y todo ese gran cariño seguro lo podrás hacer llegar a otros animalitos. Tu periquito de amaba igual a tí, sin duda.
Un saludote.
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