Sunday, July 31, 2005

A la caza del minino maldito.

Odio a los gatos, no es secreto. Quien me conoce en persona sabe que tengo una aversión especial por los animales esos. Tendrá que ver con que varias veces los gatos se han comido a alguna de mis mascotas o con que de niño me atacó uno de la forma más vil y cruel... el caso es que no me gustan los gatos y cada que uno tiene la osadía de meterse a mi casa le disparo con el rifle de copitas.

Hace unos días me llamó una amiga pues tiene un problema bastante serio. Ella y su mamá adoran a los gatos y tienen cerca de 10 en casa, sin embargo en las últimas semanas llegó un minino poseído y maldito del que quiere deshacerse a como dé lugar. Ya se ha peleado con varios de sus gatos y ha matado a dos, además se roba la comida. Por si fuera poco, el maldito minino comete actos vandálicos contra los muebles. Es una verdadera calamidad el gato ese. En su desesperación, Lily me dijo lo increíble: quiero que vengas a matar a un gato terrorista.


Las historias que he escuchado respecto a los gatos callejeros van desde lo fantástico hasta lo grotesco pero todas tienen en común a un gato macho viejo, lleno de cicatrices y con una astucia casi humana. Pues este gato es todo eso: está tuerto y solo tiene media oreja derecha, es gordo y gris, tiene unos colmillos enormes y se ha escapado de cuanta trampa le han puesto. Lily me dijo que por más intentos que han hecho por espantarle el minino sencillamente vuelve a aparecer y a hacer de las suyas cada vez con más ahínco que la vez anterior.

Llegué a casa de Lily armado con un rifle de postas calibre 22 y mi pistola de aire que es una réplica de una walther PPK. Lily me indicó que el gato estaba echado cómodamente en la sala y que no se inmutaría al vernos. Efectivamente, ahí estaba: grande y gris, con cara de pirata de los 7 mares y con un pedazo de la pata de una silla en la boca. Más me tardé en asomarme a verlo que el animal en levantarse y correr hacia el jardín. Lo seguí solo para verlo desaparecer tras un árbol. No te preocupes, dijo Lily, ahora saco croquetas para los otros gatos y se aparecerá de nuevo. Nada. El maldito sabía que iba yo a cazarlo, de alguna forma lo sabía pues no se apareció para nada. Me escondí en el patio y esperé...Nada...

Pasaron cerca de dos horas cuando decidí romper el silencio y dar una última vuelta por el jardín para buscar al felino. Recorrí todo; me subí a la azotea, me asomé a la casa de los vecinos (quienes también querían deshacerse del gato a cuenta de un perro french poodle que mató una noche durante una pelea) y nada, al gato se lo tragó la tierra.

Un corolario de la ley de Murphy es que si vas a cazar un gato, esperas un buen rato a que este aparezca y decides irte, aparecerá cuando hayas descargado el rifle. Prevenido contra eso, no descargué el fusil y caminé hacia la entrada a la casa, desde el jardín. Entonces ví entre el pasto y los arbustos crecidos a una piedra grande, gris y peluda. ¡Había estado bajo mis narices todo el tiempo! Saqué el rifle, le apunté y en eso el gato corrió como alma que lleva el diablo. Disparé y esperé que el gato se tambaleara o algo... Nada: fallé o el minino es a prueba de balas.

Una vez maté con mi rifle de copitas a una rata que se escapaba a toda velocidad a casi 7 metros de donde estaba yo parado. En otra ocasión le disparé a una lata de cerveza a 50 metros con la misma arma y repetí la hazaña varias veces. En mi familia se sabe que soy letal con un rifle de copitas desde que tengo 10 años. Con el gato a escasos 3 metros de mí no le dí más que al aire.

Lily insiste en que el gato debe desaparecer de alguna forma. Mientras tanto, el minino terrorista se ha convertido en mi ballena blanca.




7 Comments:

Blogger Diana Carolina said...

No apoyo las masacres mininianas, pero contra bichos psicópatas y poseídos, sugiero la katana.

=/

Tuesday, August 02, 2005 11:18:00 AM  
Anonymous Anonymous said...

A mi se me hace q los gatos son duales, de bebes los gatos son muy tiernos y juguetones, jugas con ellos a azotarlos y lanzarlos de un piso y no pasa nada pero cuando crecen, chin, como ronronean cuando duermen, con un motor del diablo, me han arañado, me dan miedo cuando copulan por el ruido q hacen, son muy desconfiados y no se dejan acariciar, no se, gracias a Dios los perros son un pan peludo de Dios.

Tuesday, August 02, 2005 11:58:00 AM  
Blogger Raquel said...

No permitas bajo ninguna circunstancia que Don Lino vea este post. Seria demasiado.
Yo tengo a una gatita adoptada, esta loca pero poco a poco ha mejorado. Pobres animalitos desamparados...

Tuesday, August 02, 2005 1:29:00 PM  
Blogger Wendy said...

Bricito, soy fan de los gatos. Pero me imagino el problema ése de un minino destructor. Los conozco y son terribles, dueños de una enigmática personalidad. Mira que la fuerza de un gato para matar a un French... Los gatos tienen "eso" que los humanos no podemos comprender. "Eso" que los vuelve repulsivos para algunos y que los perros no tienen.
Sin duda, encontraste un rival a tu altura, jeje.
Saludos.

Thursday, August 04, 2005 3:46:00 PM  
Blogger Antonio Bricio-Hernández said...

Gracias a todos por sus comentarios.

Raquel, en la casa tenemos a un perro adoptado; Ho-Chih Minh, y está también medio orate. De broma decimos que fue a Vietnam y quedó traumado.

Es extraño pero siendo yo un amante de los animales nomás no me gustan los Gatos.

Desde el post pasado, el minino asesino ha matado otro gato más. Me han dicho que regrese cuanto antes a tratar de matar o capturar al gato.

Si puedo, lo atraparé y lo soltaré lejos, muy lejos, de tal forma que no pueda regresar a molestar a los gatos de mi amiga.

Los gatos son muy especiales y extraños. Son pequeñas bestias que creemos haber domesticado, pero creo que son demasiado arteros para dejarse domesticar. Creo que nos toleran y deciden acompañarnos...

Thursday, August 04, 2005 9:53:00 PM  
Blogger emejota said...

Yo tuve un gato que no sabía que lo era. Era un gato que creía ser perro. Era un gato raro. Lo trajo a casa mi hermano pequeño y la idea de quedárnoslo me puso los pelos de punta pero trece años después, el día que se nos murió, estuve llorando dos días...

Saludos

Saturday, August 06, 2005 5:11:00 AM  
Anonymous Anonymous said...

Estimado caballero, no se preocupe porque no le gusten los gatos. Ustedes los humanos tampoco nos gustan a nosotros, pero estamos condenados a caminar juntos. Muchísimas gracias por las amenas disertaciones bachianas que he estado leyendo en su blog, del cual me convertiré en asiduo lector.

Un cordial saludo.

Don Gato

Sunday, September 18, 2005 12:58:00 PM  

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