Das Musikalische Opfer
Cuenta la historia que JSB, ya un anciano para los estándares de la época, fue recibido con gran reverencia por el emperador. Se dice que mientras éste preparaba su flauta para el habitual concierto nocturno, un oficial le trajo la lista de viajeros y al inspeccionarla se detuvo de pronto, levantó la vista y exclamó "Caballeros, el viejo Bach ha llegado". Inmediatamente mandó a a la escolta real buscar al buen Johann Sebastian, a quien encontraron recién llegado a la posada y sin haberse quitado el abrigo.Me imagino el susto que esto le debe haber causado al pobre Bach: ver al montón de gendarmes armados hasta los dientes buscándolo por nombre y apellido. Lo llevaron al palacio sin demora y ahí, Feredico II le pidió que interpretara algo en la adición más reciente a la colección real de instrumentos musicales: un chunche raro inventado por un italiano hacía pocos años atrás llamado fortepiano. El juguete nuevo de su majestad -uno de 15 que compró- había sido construído nada más y nada menos que por Gottfried Silbermann a quien JSB respetaba muchísimo como maestro constructor de órganos.
Hace algunos años, nos reunimos en casa de unos tíos con motivo de los 80 años de su madre. En casa de estas personas (nótese que ya no digo "tíos"; en realidad no considero pariente mío a alguien que nunca había conocido) estaba un primo que en ese entonces era el orgullo de esa parte de mi familia pues podía tocar el piano con gran habilidad, o al menos eso creían. Después de cenar nos dirigimos todos a la sala y ahí el jóven de 21 años interpretó una polonesa de Chopin y alguna cosa acrobática de Liszt (no tengo nada en contra de Liszt, cabe mencionar) en presencia de su maestro de piano, quien era también invitado al festejo y que es un fanfarrón pianista de tercera. El muchacho tocó bien, es decir: no cometió errores técnicos... le faltó intensidad y conocimiento de lo que tocaba. Cuando terminó de tocar, todos lo aplaudían y le adulaban, entonces mi madre, sintiéndo su orgullo atacado, dijo " a ver, Tony: ahora toca algo tú". Mi primo el pianista se volvió a mí, un pobre chamaco de 16 años, y con arrogancia me dijo: "¿y a tí qué te gusta tocar?". "Bach", respondí tímidamente. Esto pareció molestar el delicado genio de mi pariente, a lo que dijo "yo también toco Bach, mira" y comenzó a tocar, chillonamente, el conocidísimo minueto en sol, del libro de Ana Magdalena. Pelmazo: en primer lugar, el minueto no es de Bach, sino de Christian Petzold y en segundo lugar lo estás tocando fuera de estilo, pensé. Visiblemente ofendido tomé su lugar al teclado, me concentré un poco y comenzé a tocar.
El tema que el emperador dió a Bach es muy, valga la redundancia, Bachiano cosa que me hace pensar en que tal vez el tema en realidad fue compuesto por K.P.E. Bach a encargo de su patrón. Cabe la posibilidad de que el emperador mismo ingeniara el tema pues era un buen músico (Federico II fue un capaz alumno de Quantz, un gran flautista). Sea cual haya sido el caso, Bach improvisó una bella fuga que Federico II elogió y, como todo buen monarca: insaciable y goloso, pidió que expandiera a cuatro, cinco y seis voces. El tema que Federico "el caprichoso" dió a Bach no era muy facilito contrapuntísticamente hablando, por lo que Bach no realizó la fuga a seis voces en ese momento sino que a su regreso a Leipzig, Bach envió con dedicatoria al monarca un juego de fugas, cánones y una trío-sonata (sonata a trío) que hoy conocemos como "La Ofrenda Musical" (BWV1079). La obra se compone de 2 fugas, una a tres voces y otra a seis (¿no que no , Federico "El sordo"?) tituladas ricercar -un antecesor de la fuga- . Esto con el acróstico RICERCAR del latín "Regis Iussu Cantio Et Reliqua Canonica" (El tema real realizado a la manera antigua canónica) además de los 10 cánones ya citados y la sonata para Flauta (el instrumento del rey) violín y basso continuo.
Facsímil del ricerar (fuga) a 6v.
Quitándome del coraje que el amigo amartillador de pianos me hizo pasar, comencé a tocar el ricercar a 3 voces de la citada obra. Cuando terminé de tocar recibí una mustia felicitación por parte de mis parientes, pero esto no me importaba: lo interesante era la cara del fanfarrón maestro de piano de mi primo y de éste mismo. Quiso criticar mi interpretación pero no contaba con que conocía bien la obra de Bach, digo bien para tener 16 años y miles de veces mejor que él. Al final de cuentas, cuando me decía que no tocaba lo suficientemente fuerte cierto pasaje... para callarlo le dije "no discuto Bach con alguien que aconseja tocar los adornos fuera de tiempo".
4 Comments:
Jajajaja! Trajiste a mi memoria ese libro de Ana Magdalene Bach,pero no me lo menosprecies que de ahi salio la primera pieza que aprendi a tocar, jaja ;)..
Me encanto lo del "acrobatico Lizst", vaya que se pueden hacer acrobacias en algunas de sus piezas!
Un saludote!
Hola, Raquel:
Lo del libro de Ana Magdalena no es despectivo: no me gustó que el monito este tocara ese minueto de la forma tan burlona en que lo hizo.
Liszt definitivamente es acrobático... has tocado el estudio de concierto Gnomenreigen? es todo un acto de circo con trapecistas, domadores, payasos y , por supuesto, duendecillos.
Besos
Preciosa la pieza y muy instructivo el post.
Ha sido un placer leerte.
No Antonio, no he visto la ejecucion de esa pieza en particular, he visto otras, e incluso la muy comercial Liebestraum es bastante acrobatica, jejeje..SALUDOS!
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